Muchas personas no conciben el boxeo como un arte marcial por no tener tradición asiática, carecer de saludos o reverencias (las tiene, solo que occidentales) o estar restringido por un sistema de reglas. Teniendo en cuenta esto último, no podría considerarse arte marcial a la mayoría de las existentes hoy en día.
Por definición un arte marcial es una práctica codificada cuyo objetivo es someter o defenderse mediante la técnica. Una disciplina con organización de técnicas, un sistema coherente y una filosofía.
El boxeo cumple con todos esos atributos, sus técnicas son organizadas, se busca tanto atacar como defenderse y es un sistema más que coherente. En cuanto a la filosofía, este es el punto en la que los detractores del boxeo como arte marcial se sostienen principalmente para no considerarlo. Si bien es cierto que por mucho tiempo los medios mostraron este deporte de una forma violenta, enfrentando a dos hombres que parecían odiarse para luego molerse a golpes en un cuadrilátero, debo decir que hoy en día hasta los concursos de baile se venden de esa manera. Los medios les dan a la sociedad lo que esta quiere ver, un reflejo de sí misma, pero esto dista mucho de la verdadera esencia del deporte.
Un púgil debe entrenar arduamente, se necesita dedicación y mucha disciplina, esto se convierte en una forma de vida, en una filosofía (no en vano en nuestro país existe un programa de fomento al boxeo con el fin de sacar a jóvenes de las drogas). Cuando uno sube a un ring y ve a su oponente sabe que pasó ese mismo trabajo, se genera un respeto y una empatía poderosa muy alejada de cualquier tipo de violencia.
Por otro lado uno no puede ver a personas como Cus D’Amato hablando del boxeo y no considerarlo un filósofo.
Por ende, en Round II consideramos al boxeo un arte marcial y la entrenamos como tal.
Gonzalo Durante